Madre Teresa de Calcuta. |
Señor, cuando tenga hambre, dame
alguien que necesite comida.
Cuando tenga sed, mándame alguien
que necesite bebida.
Cuando tenga frío, mándame
alguien que necesite calor.
Cuando tenga un disgusto,
preséntame alguien que necesite consuelo.
Cuando mi cruz se haga pesada,
haz que comparta la cruz de otro.
Cuando esté pobre, ponme cerca de
alguien necesitado.
Cuando me falte tiempo, dame
alguien que necesite unos minutos míos.
Cuando sufra una humillación,
dame la ocasión de alabar a alguien.
Cuando esté desanimado, mándame
alguien a quien tenga que dar ánimo.
Cuando sienta la necesidad de la
comprensión de los demás, mándame alguien que necesite la mía.
Cuando sienta necesidad de que me
cuiden, mándame alguien a quien tenga que cuidar.
Cuando piense en mí mismo, atrae
mi atención hacia otra persona.
Hazme digno, Señor, de servir a
mis hermanos, que viven y mueren pobres y hambrientos en este mundo de hoy.
Dales, a través de mis manos, el
pan de cada día; y dales paz y alegría, gracias a mi amor comprensivo.
Señor Crucificado y resucitado,
enséñanos a afrontar los hechos de la vida cotidiana, a fin de que podamos vivir, dentro de una más
grande plenitud.
Tú acogiste humildemente y
pacientemente los fracasos de tu vida que te llevaron hasta los sufrimientos de
tu crucifixión; ayúdanos a vivir las penas y las luchas que nos trae cada día
como ocasión para crecer y para asemejarnos más a ti.
Haznos capaces de mirar esas
pruebas con valentía y mansedumbre,
llenos de confianza, porque tú nos
sostienes; permítenos comprender que no llegaremos a la plenitud de la
vida, si no morimos sin cesar a nosotros mismos, a nuestros deseos egoístas;
porque solamente si morirnos contigo podremos resucitar contigo.
¡Qué nada, de ahora en adelante,
nos haga sufrir o llorar hasta el punto de olvidar la alegría de tu
resurrección!
Tú eres el sol que resplandece
del Padre; tú eres la esperanza de la eterna felicidad; tú eres el fuego del
amor que incendia nuestros corazones...
Que la alegría de Jesús sea
nuestra fuerza, que sea entre nosotros lazo de paz, de unidad y de amor.
Amén.
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